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Brasil: Por qué la industria Fintech podría convertirse en una oportunidad para inversores


Brasil es el quinto país más grande del mundo, ocupa más de una mitad de la masa terrestre de Latinoamérica, y es cierto que el país en cuestión es una fuerza grande en la industria global. Este hecho es muy prevalente con respecto a la industria Fintech, acrónimo de Financial Technology (Tecnología Financiera), y en breve, abarca cualquier programa o desarrollo tecnológico, los cuales pueden ayudar a los servicios financieros en el mundo de los negocios. La pandemia de COVID-19 aumentó los niveles de innovación en el sector tecnológico, y es por eso por lo que Fintech se hizo prominente en los titulares globales, con una demanda para soluciones a problemas que nunca existieron antes. Por consiguiente, si quieres convertir algunos bienes capitales a inversiones en nuevos mercados este año tras la pandemia de COVID-19, tal vez la industria brasileña Fintech sea ideal para vos.


En el artículo de hoy, exploraremos el fondo del mercado, las proyecciones de la industria brasileña Fintech y sus subsectores para el futuro cercano, y también las oportunidades para inversión en dichos sectores.


El contexto siempre es importante, por ende un buen punto para empezar es con un poco de historia, específicamente, en 1967 cuando el primer cajero fue construido para el banco Barclays. Este es un evento pionero debido a las implicaciones tecnológicas y el comienzo de un movimiento hacia actividad económica digital. Esto viene ratificado por dos fechas más y sus eventos correspondientes; la introducción del NASDAQ (una bolsa digital) en los años 70 y en los años 90, cuando la banca electrónica se convirtió en algo común, caracterizado por el establecimiento de PayPal en 1998.


Esta información provee contexto a la industria global Fintech. Sin embargo, si aplicamos todo lo anterior a Brasil y como los eventos actuaron como el catalizador para la introducción de este mercado a Latinoamérica, es claro que la cronología de desarrollo es bastante corta. No es decir que no hay una historia de Fintech en Brasil, sino que hay un gran potencial para innovación y presenta una oportunidad para inversión. La base del mercado brasileño fue establecida en la primera etapa de los años 2010, pero la pandemia lo permitió acelerar rápidamente porque el sistema bancario tradicional se ve menos fiable, y, en algunos casos, inviable debido al temor de contraer Coronavirus. Antes de la crisis de salud mundial, en 2018, el gobierno brasileño aprobó el préstamo entre pares y los bancos ya no eran las únicas opciones. Por lo tanto, las empresas tecnológicas podían innovar Fintech para cumplir el objetivo de crecer los servicios financieros en Brasil.


Las valoraciones del mercado son cada vez más interesantes tras el desarrollo de la industria Fintech. Para citar un ejemplo, se dice que este año (2021), el valor medio de transacciones de capital que toman lugar en el sector ‘Banca Alternativa’ superará unos US$46.626, lo cual es significativo, especialmente en Brasil, debido a la tendencia de actividad económica a ocurrir dentro de un banco físico. Dicha estadística también muestra el alcance del Fintech en un mercado dinámico, y los potenciales rendimientos de inversiones en este sector. El hecho de que, en 2025, el número de usuarios de plataformas digitales para hacer pagos aumentará a 138 millones, y en una población de 211 millones de personas, esa cifra representa más del 50%. Por eso, exhibe el potencial explosivo de este mercado y demuestra los potenciales rendimientos altos.


Tras la pandemia, una de las oportunidades específicas que se presenta en la industria Fintech se ve en la demanda para una manera de banca que evita todo el contacto interpersonal. En el sector de servicios financieros, esa solución se conoce como Neobanking. Si no estás familiarizado con esta forma de banca, es un término general para bancos digitales muy desarrollados que no tienen una presencia física de cualquier forma. Tal vez serían una alternativa fascinante porque son más baratos para dirigir que un banco tradicional y dejan más dinero para desarrollar las herramientas y otras características para sus usuarios. Con respecto a los números, en 2018, la valoración del mercado mundial de Neobanking fue de unos US$18,6 mil millones, mucho menos que la de las cadenas de bancos tradicionales y físicos. Pero no se preocupe, entre los años 2019 y 2026, se estima que la tasa compuesta de crecimiento anual (CAGR) del sector Neobanking será de un 46,5%, que aumentará su valor a unos US$394,6 mil millones en 2026. Esto muestra un auge drástico, y vinculado con el hecho de que Latinoamérica está en el proceso de convertirse en un polo para innovación tecnológica, es posible que los beneficios del auge en el subsector de Neobanking también vayan a llegar a Brasil.


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