top of page

La Industria de Fintech de México está por despegar, y las oportunidades nunca han sido mejores


La oportunidad se define como un conjunto de circunstancias que permiten hacer algo. Y tanto México como el 2021 están llenos de ese tipo de circunstancias. Con una población estimada de 129 millones de personas, la pandemia del COVID-19, y un nuevo conjunto de regulaciones en el horizonte, la oportunidad de la industria de fintech en América Latina ha llegado.


¿Pero por qué la industria de fintech en particular y no otro tipo de industria tecnológica? No es exactamente así, ya que México tiene uno de los mercados y ecosistemas de emprendedores más importantes del mundo, pero la oportunidad radica específicamente en las startups de fintech en este momento debido principalmente al COVID. La cuarentena y otras restricciones sociales han llevado inevitablemente a la digitalización de casi todas las industrias, pero hay un problema: los procesos digitales requieren de pagos digitales. Y ahí es donde la oportunidad en México se presenta. El país cuenta con uno de los índices de transformación digital más altos del mundo, pero aun así, sólo el 36,9% de la población forma parte de una institución financiera, y de ese porcentaje, sólo el 22% tiene una aplicación de banca móvil (según la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera).


¿Dónde está la oportunidad entonces? Tanto el gobierno como la industria están trabajando para cambiar eso. Entre 2018 y 2019, el Banco Central lanzó el sistema de Cobro Digital CoDi, un conmutador de pagos interoperable que facilita los pagos digitales; se lanzó la Política Nacional de Inclusión Financiera 2020-2024, un programa que tiene como objetivo aumentar el número de mexicanos con una cuenta bancaria del 47% en 2020 al 65% en los próximos cuatro año; y se aprobó la Ley Fintech, convirtiéndose en uno de los primeros países del mundo en lograrlo. La Ley Fintech presenta un antes y un después en la industria nacional, ya que contempla no sólo los pagos electrónicos, la administración de activos virtuales, la oferta de asesoría financiera a través de canales digitales y los criptoactivos, sino que también establece las bases para la regulación del open banking.


El open banking se refiere a un modelo que refuerza la noción de que los datos financieros pertenecen a los consumidores y no a las instituciones financieras, y la ley compromete a todas las entidades financieras a habilitar una interfaz de programación de aplicaciones (API) que permita a otras entidades financieras acceder a la información del consumidor, siempre con su consentimiento y manteniendo su privacidad y confidencialidad... ¡cambiando completamente el juego para toda la industria fintech! Imagina si pudieras tener acceso a toda la información financiera de una persona... cuánto dinero posee, debe y gasta, en qué productos, cuánto crédito podría necesitar, cuánto pagaría por él... Creará un escenario en el que todos los gastos están a mano, y con ellos una visión más completa y actualizada de la salud financiera de las personas; ¡ofreciendo una gran oportunidad para innovar en los productos y servicios financieros! Y esa innovación se traducirá en beneficios para los usuarios, las instituciones financieras, e incluso para los nuevos participantes en el mercado, que ahora amplía su oferta a servicios personalizados de inversión, seguros, créditos, préstamos hipotecarios y cualquier otro producto financiero que se le ocurra.


Pero esto no sólo es una gran oportunidad para la innovación, sino una oportunidad increíble para llevar al 91% restante de la población al sistema de banca digital y así aprovechar al máximo el enorme mercado que ofrece México (sin necesidad de mencionar su potencial de internacionalización, ya que el país es bien conocido como una plataforma de internacionalización de startups). Los nuevos usuarios digitales ya han aumentado del 31% en 2018 al 52% en 2020, por lo que es sólo cuestión de tiempo hasta que eso se traduzca en el sistema financiero. Y los empresarios están surfeando en esa ola. Por ejemplo, echemos un vistazo a Comunidad 4Uno. Fue creada en 2017, y consiste en una plataforma digital que funciona como un mercado que proporciona diferentes seguros, servicios de salud y otros servicios financieros y no financieros a los trabajadores informales y de bajos ingresos. Y lo que empezó como un préstamo del fundador de la startup a su portero, se convirtió en una fintech que ya ha recaudado más de 2,5 millones de dólares en financiación y que tiene previsto ampliarse a ser una solución para los trabajadores de bajos ingresos de las PYMES y los trabajadores de la gran economía de México, y recaudar una tercera ronda de capital de 5 millones de dólares para iniciar su internacionalización.


Y si estas circunstancias no permiten hacer algo, ¿qué podría hacerlo?

11 views
bottom of page